Como dice la canción, "otro año queda atrás..." y como siempre en esta época, abundan las expresiones de buenos deseos para el año que está a punto de comenzar como los que hizo el inquilino de Palacio Nacional. Desafortunadamente, para que esos deseos se vuelvan realidad hace falta más que simplemente desearlos.
Obviamente el futuro es imposible de predecir, lo más que podemos hacer son aproximaciones basadas en el análisis sobre lo que ha acontecido y lo que está aconteciendo para formular una especie de anticipación para lo que está por venir.
Desafortunadamente para México, el panorama no se ve muy alentador. El 2019 fue peor que el 2018, y el 2020 fue peor que el 2019 y sucesivamente el 2021 fue mas complicado que el 2020. Por desgracia, el 2022 pinta para ser un año más difícil que el que está terminando.
En cuestiones de inflación, seguiremos padeciendo el incremento del costo de vida sobre todo si tomamos en cuenta el incremento de impuestos y las nuevas disposiciones fiscales que impactarán negativamente el poder adquisitivo de las personas.
Durante el 2021, el Banco de México ha tenido que intervenir en varias ocasiones para tratar de mitigar el crecimiento de la inflación y mantener el tipo de cambio estable. Lamentablemente, esto tiene un costo, ya que se ha traducido en mayores tasas de interés lo que inhibe inversiones productivas en el país porque el crédito se ha vuelto mucho más caro.
La turbulencia política añadirá incertidumbre ya que habrá elecciones en varios estados de la República y se llevará a cabo la consulta para revocación de mandato. Inevitablemente esto provocará una nueva confrontación entre los seguidores del gobierno en turno y los opositores. Confrontación que será promovida y alentada desde Palacio Nacional cada mañana.
Por otro lado, la pandemia no ha terminado, y las nuevas variantes, han traído nuevamente un estancamiento económico. Para principios del próximo año, se anticipa un repunte de casos COVID en México debido a las fiestas de fin de año agravadas por las nulas medidas de salud adoptadas por el gobierno.
El aeropuerto Felipe Ángeles por fín entrará en operación, sin embargo, se especula que el número de vuelos sea sumamente limitado y que los servicios de conectividad y hospedaje estén lejos de ser concluídos. A esto habrá que aunarle el hecho de que nuevamente se han empezado a restringir los viajes a nivel mundial debido a la nueva variante OMICRON que ya ha causado la cancelación de miles de vuelos.
Aunque el gobierno se ha empeñado en negar (nuevamente) la peligrosidad y la seriedad del nuevo brote de contagios, la realidad es que el resto del mundo ya está tomando medidas para tratar de controlar en lo posible que crezca el número de contagios, lo cual repercutirá sin duda en la recuperación económica del país.
Esperemos que efectivamente la variante OMICRON sea menos letal que las anteriores, pero el problema es que México está muy lejos todavía de tener a la mayoria de su población con el esquema completo de vacunación y sigue siendo un país de alto riesgo por la abundancia de las condiciones de comorbilidad, y por si fuera poco, las autoridades de salud siguen negando las vacunas para los niños menores de 15 años.
La procuración de medicamento, lejos de resolverse parece que se habrá agravado para el próximo año y muchas instituciones como el INE estarán en riesgo por falta de presupuesto. Después del 3er año de gobierno, ya es evidente el deterioro de las finanzas públicas y muchos programas de apoyo social del gobierno estarán en peligro de desaparecer por falta de fondos. Este riesgo incrementará la tentación del gobierno de hacerse de recursos económicos y con la nueva persona que estará en la presidencia del Banco de México, el uso de las reservas nacionales para fines electorales no estará muy lejos de ser una realidad con consecuencias negativas para las finanzas del país.
Por más que se quiera tener buenos deseos para el próximo año, la dirección en la que se dirige el país bajo esta administración, no permite tener muy buenos augurios, sobre todo por la ineptitud que ha mostrado este gobierno para manejar las crisis y que gradualemente en lugar de resolverlas, las agrava.
Aún así deseamos que todas estas proyecciones estén equivocadas y que el 2022 sea un mejor año para todos. ¡Feliz Año Nuevo!
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